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Gambia: Bienes culturales.

Gambia cuenta actualmente con los siguientes lugares declarados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco:

Isla James y sitios anejos.

La Isla James y sus sitios conexos constituyen un testimonio de las principales épocas y facetas del encuentro entre África y Europa a lo largo del curso del río Gambia, desde el periodo anterior al esclavismo hasta la independencia del país, pasando por la época precolonial. El sitio posee un especial interés histórico por ser uno de los escenarios del inicio y la posterior abolición del comercio de esclavos, y debido a su papel de primera vía de acceso al interior del continente africano.

Círculos megalíticos de Senegambia

El Sitio está compuesto por los cuatro vastos conjuntos megalíticos de Sine Ngayene, Wanar, Wassu y Kerbatch, que poseen una extraordinaria concentración de más de 1.000 monumentos diseminados en una faja de 100 km de anchura, a lo largo de 350 km del curso del Río Gambia. Los cuatro conjuntos comprenden 93 círculos de piedra y numerosos túmulos funerarios. Algunos de ellos han sido objeto de excavaciones que han permitido encontrar materiales cuya datación se extiende desde el siglo III a.C. hasta el siglo XVI d.C. Los círculos de piedra formados por pilares de laterita trabajados con esmero y los túmulos funerarios conexos componen un vasto paisaje sagrado que se ha ido creando a lo largo de más de 1.500 años. Ese paisaje atestigua la existencia de una sociedad próspera y dotada de un alto grado de organización, que perduró a través de los siglos. (UNESCO/BPI)​.

Actualmente Gambia tiene un elemento inscrito en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial compartido con Senegal:

El kankurang, rito de iniciación mandinga.

El Kankurang es un rito de iniciación practicado en todas las provincias mandingas del Senegal y de Gambia, principalmente en la región de Casamancia y en la ciudad de Mbour. Según la tradición, el origen del Kankurang sería el Komo, una sociedad secreta de cazadores cuya organización y prácticas esotéricas contribuyeron a la emergencia de los mandingas.

El personaje central del Kankurang es un iniciado que lleva una máscara hecha con la corteza y la fibra del árbol llamado faara; va vestido con hojas y lleva el cuerpo pintado con tintes vegetales. Se lo asocia a las ceremonias de circuncisión y a los ritos de iniciación. Su aparición está marcada por varias etapas rituales: la designación del iniciado que llevará la máscara y su investidura por los ancianos, su retirada a la selva con los iniciados, y las vigilias y procesiones de los nuevos iniciados a través de la aldea. Generalmente, el rito se celebra entre agosto y septiembre. El Kankurang siempre desfila rodeado de los antiguos iniciados y de los habitantes del lugar, quienes siguen su comportamiento y gestos respetuosamente, al tiempo que ejecutan cantos y danzas. Sus demostraciones van acompañadas de una danza entrecortada durante la cual maneja dos machetes y profiere gritos agudos. Sus seguidores, armados de palos y de hojas de palma, marcan el ritmo contando en coro y con tam-tams.

El Kankurang aparece como una garantía de orden y justicia, además de ser el exorcista para alejar a los malos espíritus. Como tal, asegura la transmisión y la enseñanza de una serie de conocimientos y prácticas que constituyen el fundamento de la identidad cultural mandinga. Es un rito que se ha extendido a otras comunidades y grupos de la zona, constituyendo una ocasión para los jóvenes circuncisos de aprender las reglas de conducta que garantizan la cohesión de la comunidad, conocer los secretos de las plantas y sus valores medicinales, y aprender las técnicas de caza. Esta práctica tradicional está en decadencia a causa de la rápida urbanización de la mayoría de las regiones de Senegal y de Gambia, y de la reducción de los bosques sagrados, que han sido transformados en tierras de cultivo. Como resultado, el rito se ha trivializado y la autoridad del Kankurang se ha socavado. (UNESCO/BPI)